Las ruinas de la antigua ciudad de Ebla, situada en el corazón de Siria, constituyen el mayor núcleo urbano, fuera de los valles aluviales del Nilo, del Éufrates y del Tigris. Su localización y excavación comenzó en los años 60 del siglo XX por el arqueólogo italiano Paolo Matthiae. La piqueta ha ido descubriendo uno de los capítulos más impresionantes de la Historia Antigua.