En este libro he encontrado una de las imágenes más inmediatas, veraces, profundas e inteligentes de la realidad española. Lo de menos -si se me entiende bien- son los textos, con ser deslumbradores. Lo decisivo es la melodía que componen, la historia que ellos mismos, con su yuxtaposición, cuentan. Y la interpretación, inverosímilmente concisa, sin una palabra de más, realizada en las introducciones al libro, a cada época, a cada autor. En estas páginas se asiste -no hay vocablo mejor- a la historia de España; pero, sobre todo, se la ve en cada instante programáticamente, como un proyecto, con un dinamismo interno que por ser humano es dramatismo. En ningún otro lugar he encontrado nada semejante. En mis meditaciones españolas, he recurrido una y otra vez a estas páginas, que han vertido siempre extraña luz sobre la época o la cuestión que en cada momento me inquietaba. Creo que, sin atreverse, casi sin pensarlo, hizo Lolita en este libro uno de los primeros ensayos de razón histórica.