El lector tendrá la ocasión de saborear aquí la quintaesencia de la maestría de Bioy Casares, dueño de una prosa capaz, en su exquisita desnudez y en su descarnada ironía, de dejar siempre un poso de inquietud en el lector. Así sucede, por ejemplo, en «Ovidio», donde un enamorado de la vida y la obra del poeta latino tiene que viajar a los confines de Europa para descubrir que el destierro forma parte de la condición humana. O «El último piso» y «Un tigre y su domador», en los que el autor descorre fugazmente la leve cortina que separa la realidad del ensueño. Y así, cuento tras cuento, va creando con los treinta y nueve que reúne Una magia modesta una atmósfera de sutil extrañeza, mientras teje y desteje a voluntad el destino de unas anodinas existencias, sacudidas de repente por el toque de la sombra, el absurdo y una magia, en suma, no tan modesta.