- Editorial:
- CLARET
- Any d'edició:
- 2004
- ISBN:
- 978-84-293-1550-9
- Pàgines:
- 144
- Col·lecció:
- VARIAS
QUERIDO DIOS. CARTAS DE ESPERANZA
CARTAS DE ESPERANZA
AYERRA, MARI PATXI
ESPERANZA es una mujer madura, «la Espe», que trabaja en la limpieza de un hospital. Es de esas que, con su carrito y su fregona, entran por todos los rincones y hablan con todo el mundo. Tiene marido, hijos, nietos, vecinos y un buen montón de amigos. Sencilla y lista como ella sola, percibe todo lo que ocurre a su alrededor y posee esa sabiduría que da la vida a quien la vive intensamente, y se reserva un tiempo para contemplarla y escuchar mucho por dentro y por fuera. Tiene además un corazón a flor de piel... y a flor de pies y manos, o sea, que no ve encrucijada de dolor, angustia o injusticia que no la haga ponerse a denunciar, reflexionar, sentir... y desplegar cuidado, empatía y cariño.La otra es MARI PATXI AYERRA, que se parece tanto a "la Espe" que uno termina por creer que ya existen los clónicos humanos. No trabaja en ningún hospital, pero los frecuenta por achaques propios y ajenos. Por necesidad y por solidaridad, por tanto. También tiene una "entrañable tribu familiar", un "vecindario"... y un montón de personas en situaciones de precariedad social, psico-afectiva, relacional... a las que acompaña y ayuda apoyada en sus estudios psicológicos, centrados particularmente en las relaciones humanas y en el encuentro sanador entre las personas. Se dedica al arte y al privilegio de cuidar. Y en estas cartas, como sin querer, nos ofrece un pequeño Tratado sobre la Humanización de la Salud...y de la Vida. Un tratado que a todos los humanos, cuya principal "profesión" es vivir y ayudar a vivir, nos vendría bien asimilar y repasar cada día.Pero hay además un tercero. Es Dios, que también se llama Esperanza. Así que es normal que las otras dos Esperanzas lo tengan por amigo incondicional, y que sea a Él a quien le cuenten todas sus cuitas, sus luchas, sus decaimientos, sus hallazgos, sus propósitos... Y es normal que su Amigo ayude a ambas a verlo todo con esa mirada, con ese corazón y con esas disposiciones activas que la "mística de ojos abiertos" es capaz de engendrar. Como las dos tienen un romance, tan fuerte como limpio y sencillo, con Dios-Esperanza, se sienten habitadas, se dejan llevar de su mano y van depositando semillas de esperanza en todo cuanto la vida les presenta.