La bruja Margarita que vivía en un lugar del bosque, recibió una invitación del club de las brujas para ir a su reunión anual. Margarita estaba preocupada pues en esas reuniones todas las brujas contaban las maldades que hacían y a ella nunca le salían bien las maldades. Llegó el día de la reunión y todas las brujas contaron sus maldades, pero cuando llegó su turno, Margarita dijo que estaba harta de oír maldades y que prefería cantar. Desde entonces, el bosque cambió y se volvió el más divertido de todos.