Es la de Francisco Brines (Oliva, 1932) una poesía de inquietudes y, a la vez, de serenidad. De inquietudes, porque nos advierte sobre las que el autor siente como verdades últimas y turbadoras de la vida y el ser. De serenidad, porque la profiere una voz de talante estoico y clásico, liberada por tanto de violencias y angustias. Poesía así de raíz existencial y proyección metafísica, acogida cada vez con mayor ternura a las sugerencias de la expresividad simbolista, que va tensando un arco donde quedan registrados a un tiempo el apagamiento y el esplendor de la realidad. Por el conjunto de su obra, Brines alcanzó en 1999 el Premio Nacional de las Letras españolas.
José Olmo Jiménez (Santa Clara, Cuba, 1926) ha centrado el interés de su trabajo crítico en temas del modernismo hispanoamericano y la poesía hispánica contemporánea en ambas márgenes del Atlántico. Ha atendido, en especial, a los llamados «poetas de los años 50», entre los cuales Brines es uno de sus miembros más distintivos y personales, y a cuya poesía ha dedicado continuos asedios de estudio e interpretación. En esta misma colección, José Olivio Jiménez publicó recientemente su libro Vicente Aleixandre: Una aventura hacia el conocimiento (1998).